Eva Liste

De la A a la Z

Hace unos días recibía la llamada de una mamá preocupada porque su hijo de 5 años “no lee como los demás”. Escribo una entrada en mi blog acerca de como los niños aprender a leer desda A a la Z, porque es un miedo recurrente en los padres y madres de infantil e incluso los primeros años de primaria.

Para comenzar a repasar este tema es necesario contextualizar. La lectura y la escritura no son un objetivo de educación infantil, por lo que al finalizar este ciclo no deben saber leer ni escribir. No lo digo yo, lo dice la Ley de Educación. Partiendo de esa base ya he conseguido que la mitad de vuestros agobios desaparezcan.

¿Qué pasa entonces? Que los niños y niñas en la mayoría de los colegios llegarán a 1º de primaria y se encontrarán con libros de texto y de lectura, OMG. Y ya nos estamos agobiando otra vez…normal.

Leer desde la A a la Z

Consejos para que los niños lean desde la A a la Z

Bien, ¿qué hacemos en este punto? Lo ideal sería que los niños no se sintieran presionados por sus padres ni por los profesores. Cada niño, sobre todo en educación infantil, tiene su propio ritmo y maduran en SU preciso momento, no en el que los papás o profes queremos.

Es por eso que es muy importante que estos ritmos se respeten. Vamos a imaginar que la cabecita de nuestro hijo es su juego de bloques de construcción. Los aprendizajes se van construyendo sobre una base sólida que le lleva a conectar el siguiente aprendizaje, que estará compuesto por diferentes etiquetas básicas al principio (color, forma, tamaño…) y más complejas después. El lenguaje le sirve a los niños para etiquetar y clasificar el mundo.

Cada niño necesita su tiempo para conectar los diferentes aprendizajes dentro de toda esa red de construcción. Si nosotros, agentes externos, decidimos saltarnos sus conexiones y realizar un aprendizaje forzoso sin sentido, entenderéis que no será un aprendizaje efectivo.

¿Qué pasa entonces en la cabeza del niño?

Cuando yo era pequeña hubo un momento en el que dejaron de gustarme las matemáticas. No las entendía, para mi eran un montón de símbolos y números sin sentido. Suspendía los primeros exámenes y después me esforzaba para sacar la recuperación adelante.

Era absolutamente capaz de generar herramientas que me permitieran sacar hasta dieces en alguno de ellos, comparaba problemas, operaciones y todo aquello que se parecía podía ser “la manera de hacerlo”. ¡Y lo hacía! ¡Vaya si lo hacía! Al final en cuanto pude abandoné las matemáticas.

El buscar todas aquellas estrategias y el hándicap de tener que aprobar los exámenes con nota me producía demasiado estrés para algo que ni siquiera entendía. Con decir que durante un tiempo quise ser piloto de aviones (me encantaba Top Gun) y para animarme mis padres me decían que tenía que estudiar muchas matemáticas, así que decidí que quería ser feliz.

Con la lectura pasa un poco lo mismo. Si nos adelantamos a la naturaleza de cada niño, si no esperamos a que estén motivados y tengan curiosidad por la lectura y la escritura, estaremos generando un código que ellos si serán capaces de descifrar. Claro que van a leer, pero probablemente no van a tener una buena lectura comprensiva en el futuro, estudiar se les haga cuesta arriba, no serán lectores activos y abandonarán en cuanto tengan oportunidad.

Y aparece esa inseguridad de los papás que sentimos que dejamos a nuestros niños atrás, sobre todo cuando estamos en el patio del colegio y escuchamos a padres y madres orgullosos decir: “pues mi hijo ya lee” y otro le contesta “y la mía, cada noche leemos una página”. Con cada comentario te vas haciendo pequeñito, apartando la mirada hacia el móvil y tratando de recordar la lista de la compra, evocando a algún dios que te libre de la pregunta, “¿y el tuyo?, ¿cómo va?”.

Tal vez todo esto deje paso a tu orgullo, a ser un papá o una mamá paciente, dándole su tiempo a crecer y madurar para poder adquirir aprendizajes nuevos de manera coherente y efectiva. No te agobies y no le agobies, créeme, no merece la pena. Al final, a determinada edad todos los niños leen, no existe una edad en la que si no has sido “un buen padre” tu hijo no vaya a leer. Lo hará.

Por otro lado, y para finalizar, a veces sí ocurre que pueda haber un problema de base por el que el niño o la niña no lea o le cueste más que a los demás. En ese caso también debéis estar relajados, los niños y niñas tienen profesionales a su alrededor formados para detectar lo que le pueda pasar a tu hijo o hija.

Si necesitas más información personalizada porque te preocupa la evolución de tu hijo ponte en contacto conmigo y lo valoramos, pero en principio, respira.

El  Blog de EVALISTE es un espacio de reflexión y crecimiento. Ofrece consejos de mentoring familiar, coaching educativo y coaching personal, aptos para escuelas y profesionales de la educación, así como para personas que han aplazado los cambios o pospuesto sus sueños. Somos tu apoyo y orientación para que puedas alcanzar tus objetivos y ser la mejor versión posible de ti mismo.

Ma_Ma_Coach
Soy Eva, soy coach personal y coach educativo y familiar. Además puedo asesorarte a nivel escolar y legal sobre situaciones escolares que puedan preocuparte.

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