La vuelta al cole es el tema del momento y está claro que tanto la polémica como el miedo están presentes. Todos queremos que nuestros hij@s retomen su vida y sus rutinas, por su salud mental y, de algún modo, por la nuestra propia. Ya no tanto por ellos, sino porque compatibilizar y conciliar la vida laboral y la escolar de nuestros hijos es ya de por sí muy complicada, sumada a la pandemia, mucho más.
Creo poder decir que no existirá un escenario en el que los padres estemos trabajando y los niños permanezcan en casa, por lo que las opciones parecen pocas.
¿Qué posibilidades tengo entonces dentro de este escenario?
No se trata de valorar lo que cada familia decida, ya que cada uno conoce sus circunstancias y seguramente los motivos que nos lleven a tomar incluso la misma decisión no se fundamente en exactamente lo mismo.
Sin juzgar, ya que es la base de respeto, y sentando como base que cualquier padre quiere lo mejor para sus hijos, se presentan a menudo diferentes sentimientos con respecto a la vuelta al cole.
¿Qué van a decidir los padres de la vuelta al cole?
Pues las opciones se barajan entre las siguientes:
La primera, enviar a los niños al cole con normalidad. Allí estamos seguros de que tanto el centro educativo como los profesores y personal no docente se harán cargo con toda responsabilidad para salvaguardar, dentro de sus posibilidades, la seguridad sanitaria de nuestros hijos. Son padres que no presentan miedo hacia el virus, confían en los protocolos o no tienen otra opción para conciliar.
La segunda, que puede ser una opción intermedia, generar burbujas propias con padres que piensen del mismo modo y contratando a alguien que cuide de los menores y les de clase en un lugar bien alquilado o bien en alguna casa. Esta es otra opción que se está barajando entre algunos padres y es la que más controversia genera.
Genera controversia porque no todos los padres tienen claros los términos legales o posibilidades que tienen para hacer esto, ya que, como sabemos, la educación en este país es obligatoria de los 6 a los 16 años.
La tercera y última, es la de dejar a sus hijos en casa protegidos por miedo a que les pase algo, a que el virus reaccione en su cuerpo de manera agresiva o a las posibles secuelas que puedan quedar en ellos. La sobrecarga de información y la poca claridad de la misma genera miedo, y como siempre, eso mueve las decisiones que tomamos hacia nuestros hijos.
Creo que este grupo de padres también tiene clara la necesidad de socialización de sus hijos, de que miren a su altura, de generar relaciones con sus iguales, solucionar conflictos y vida con niños de su edad. Pero les puede el miedo.
¿Cuál va a ser tu decisión? ¿Barajas alguna otra? Si necesitas asesoramiento sobre cualquiera de estos escenarios no dudes en escribirme, en EvaListe estamos para ayudarte.
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